domingo, 21 de diciembre de 2008

Al-Andalus, un événement rhétorique



Dans sa très intéressante introduction pour le volume de monographies sur le Guide des Perplexes de Maïmonide, la composition du Zohar et les séances en prose d'Ibn al-Ashtarkuwî, titré "Our Place in Al-Andalus": Kabbalah, Philosophy, Literature in Arab Jewish Letters, (Stanford University Press, 2002), études groupées autour de leur représentation des douzième et treizième siècles comme fin d'al-Andalus, Gil Anidjar propose de penser l'al-Andalus comme un principe linguistique, et davantage, comme un événement rhétorique, articulé dans ses variantes philosophiques, mystiques et littéraires (p. 7). Cet événement n'est pas restreint à un espace determiné, et pourtant il prend corps dans sa place, sa présence comme détournée dans les différents registres: la mystique dans la poésie, l'exégèse dans la prose rimée, la philosophie dans la critique littéraire. J'entends aussi ce précis écho d'une fin qui commence lorsqu'elle s'accomplit dans la disparition de son contexte. L'auteur propose un profond dialogue entre les textes juifs médiévaux d'al-Andalus et les historiographies contemporaines centrées sur les limites du texte à l'heure des enjeux du langage dans l'histoire et l'être.

martes, 16 de diciembre de 2008

La poesía estrófica entre comunidades religiosas


La poesía estrófica en la Península Ibérica cultivada por las tres comunidades religiosas es un vector fundamental de transmisión vertical de gustos populares a las élites culturales, y a nivel horizontal, de múltiples influencias cruzadas entre poetas de las tres culturas. Como indica Otto Zwarjes, en Love Songs from Al-Andalus: History, Structure, and Meaning of the Kharja, Brill, 1997, tanto cristianos, musulmanes y judíos bajo poder musulmán como judíos bajo poder cristiano, y judíos y cristianos conversos al Islam, escribieron poemas estróficos en las diferentes lenguas de las muwashshahât, árabe y hebreo (p. 71). A su vez, la xarja romance tanto en poemas árabes como hebreos funciona como elemento estético y exotizante, pero no es menos expresivo de una clara normalización del bilinguismo, o trilinguismo para los judíos más cultos. El erotismo de la xarja proviene en buena medida de la explotación de un fantasma evidente, la attracción que desatan las palabras puestas en boca de una joven cristiana. La identidad del otro, en el espacio profano de la poesía, se desentiende de las crispaciones identitarias omnipresentes en la esfera social para dar rienda suelta a la proyección del deseo en un espacio vaporoso como la palabra, la canción y lo efímero de una velada poética.

martes, 2 de diciembre de 2008

Competición y rivalidad entre comunidades religiosas



D. Alessandro Vanoli dedicó también parte de su exposición a comentar ampliamente las implicaciones políticas, y en ningún caso inocentes, de las traducciones del árabe por parte de judíos y cristianos en la Península Ibérica. Para no entrar ahora en la primera fase de este proceso, que habría que remontar a las traducciones siríacas y árabes del corpus científico y filosófico griego, antes y durante el auge del Islam en Oriente, me conformaré con recoger aquí unas notas del taller, reescritas según mis propias ideas. Lo primero en mi opinión es la importancia de valorar en toda su dimensión el pragmatismo de las traducciones judías y cristianas. Lo único que se traduce es lo útil, que no es exactamente lo mismo en ambos casos ni en los sucesivos siglos (sobre todo del XI al XV). Para los judíos, será fundamental en su primer proceso traductor importar la literatura árabe, y crear así un corpus de literatura que asiente una identidad cultural que no transmita ninguna inferioridad con respecto a la árabe. Los cristianos, en esa época, ya tienen una literatura latina con un corpus profano amplísimo y que sanciona también la palabra divina, y no necesitan pues traducir la literatura árabe. Pero sí necesitarán traducir ciencias, contando con la mediación de la cultura sefardí para ello, y apropiarse de la medicina, el saber político (espejo de príncipes) y el racionalismo de los árabes (Averroes). La traducción no es en época medieval un ejercicio ni de diplomacia, ni de diálogo, ni mucho menos de cosmopolitismo, por supuesto. Es la manifestación más eficaz del empeño dirigido y tutelado por agentes políticos (y la realeza ante todo) para competir con el rival cultural, identitario y geográfico. La traducción es síntoma de vitalidad, pero no de aperturismo armonioso, sino de ambición colectiva y supremacista en un marco de dicotomías exacerbadas.